Las claves del adiós de Andrea Berta del Atlético de Madrid
La llegada de Óscar Mayo y Carlos Bucero al Atlético de Madrid ha cambiado el día a día en el club, y Andrea Berta ya no se siente cómodo. Simeone sigue siendo intocable como siempre. El 20 de enero de este año, MARCA adelantó dos fichajes importantes en clave Atlético.
No eran para el verde, sino para reforzar la estructura de los despachos. Entre ellos, la llegada de Carlos Bucero como director general de fútbol, un cargo en el que engloba toda la parcela deportiva, incluida la figura de Andrea Berta.
El italiano llegó al club en 2013, pero fue en 2017 cuando se quedó al mando de las operaciones rojiblancas. Sin embargo, algo cambió desde el citado 20 de enero de este año. Incluso antes de que llegara Bucero, se negoció con Mateu Alemany, pero no se llegó a un acuerdo.
Berta ya mostró su disconformidad con que se creara un puesto entre su labor y Gil Marín. Todo ello, para un directivo como Berta, con un sueldo muy alto tras muchos años de tener poder y ofertas de grandes de Europa.
De ahí que el cambio en la organización de rol molestara a Andrea hasta el punto de no querer seguir desde hace tiempo en la entidad. Con contrato en vigor, se negociaría para acabar más pronto que tarde una situación que no es cómoda para ninguna de las partes.
Andrea Berta no quiere ’estar por estar’ en el Atlético y considera que la mejor solución es negociar una salida, un finiquito, y continuar su carrera en otro club. Mientras se resuelve la situación, Berta sigue en el día a día del equipo.
La marcha de Berta no cambia el paso en cuanto al banquillo. Nadie duda de la continuidad de Simeone (con contrato hasta 2027) y el técnico se ve con fuerzas para seguir con un proyecto en el que cree.