El Atlético B se reencuentra con la victoria gracias al tridente ofensivo
El Atlético B se reencontró con la senda del triunfo tras cuatro pinchazos consecutivos y se reengancha a la pelea por el playoff a lomos de su tridente ofensivo y de un bloque que supo sostener la mejoría alfarera en la segunda mitad y matar cuando tuvo su oportunidad por medio de Niño y Diego Bri.
Rayane puso la magia e Iturbe contuvo a Da Costa. Los pupilos de Torres se marchan felices de Majadahonda, donde ganar siempre cuesta sudor y sangre.
El filial rojiblanco tenía la idea de morder arriba y Diego Bri gozó de la primera clara tras la recuperación de Selu Diallo en la frontal rival, pero Josele le achicó espacios y no pudo definir en el mano a mano. Fue el minuto 8 y el partido prometía movimiento.
Pero en la segunda mitad llegó el acelerón. El Alcorcón se estiró y rozó el primero. Da Costa se estrelló con Iturbe y el palo y acto seguido entre Pablo Pérez y Javi Serrano (gran partido el suyo en su labor) evitaban el gol sobre la línea.
Los alfareros crecían y Torres encendía la luz de alarma, era obligatorio cambiar el guion o el Alcorcón, a la tercera, iba a matar. Rayane y Borja Garcés al campo. Ambos determinantes para el triunfo colchonero. Garcés forzando el penalti que convertiría con maestría Niño.
Sí, un penalti puede ser un golazo. Por la escuadra, académico, para poner en las escuelas. Y el partido entraba en la locura que no había tenido la primera parte. El Alcorcón no podía esperar y se lanzaba al ataque.
David Navarro organizaba el ataque con un balón interior buenísimo para que Da Costa sirviese el gol en bandeja a Vladys. Todo igualado, todo a partir de cero de nuevo… si no fuese por Rayane. Apareció la calidad diferencial del mago del filial.
No había pasado ni un minuto del golpe del empate y el internacional Sub-19 controlaba, giraba y tenía la pausa para esperar la cabalgada de Pablo Pérez por la izquierda. El centro del andaluz lo empujaría Diego Bri para dejar el triunfo, por fin, en Majadahonda.
Aunque volvería a tener el Alcorcón una ocasión de oro para el empate. Muy similar a los dos goles vividos en apenas un minuto. El centro desde la izquierda le llegaba a Da Costa para empujarlo a gol. Pero aparecía un gigante Iturbe. Esta vez no, decía el portero colchonero. El final loco caía del lado colchonero. Un triunfo que revitaliza al equipo de Torres.
